Sobre el Arrepentimiento

El problema del arrepentimiento es que el que se arrepiente no puede ser el mismo sujeto del objeto del arrepentimiento pues si fuera el mismo, no se arrepentirìa.

Sì puede decirse que el que cometió el acto objeto del arrepentimiento y el que se arrepiente de dicho acto tienen el mismo carnet de identidad.

Yo tengo, digamos administrativamente, el mismo carnet de identidad, el mismo número que tenía digamos en 1960 y tendré el mismo, Dios mediante, hasta el 1 de enero del 9999. Honestamente ¿alguien cree que yo voy a ser el mismo en todo ese tiempo?, estamos hablando de más de siete mil años.

Dios no sería el mismo durante tantos años, yo tampoco.

Hay cosas que he hecho, que sè, que siendo el mismo, o no, nunca me arrepentiré, ni en siete mil años ni en más; en pedir que ella me eligiera las gafas y en todo lo demás que siguió de un tiròn o a trompicones. No, no me arrepiento y sé que nunca nunca me arrepentiré.